jueves, 28 de mayo de 2009

A OJO DE BUEN CUBERO


Con esta columna inicio mis colaboraciones con el diario Expreso de Lima todos los jueves, lamentablemente no se encuentra disponible en la versión on line...bueno algo tiene que vender en físico el periódico, pero prometo entregarles con regularidad mis reseñas críticas. Oscarix.


EL LUCHADOR

Dirigida por Daren Aronofsky y perpetrada en el rol protagónico por Mickey Rourke, otrora “enfant terrible” de Hollywood, llega a nuestra cartelera The Wrestler (El Luchador USA-Francia 2008, 111 min.).

La película, ganadora del León de Oro en el Festival de Venecia 2008, cuenta la historia de Randy “The Ram“ Robinson (M. Rourke), un gladiador en el ocaso de su carrera que tuvo su esplendor en los aparentes años 80, como todo el glam metal ( Motley Crue, Guns and, Roses, Def Lep) y que a manera de escenografía sónica lo regresiona a sus mejores años....Veinte años después “The Ram” es el epónimo de la decadencia que escapa de la soledad ejerciendo oficios menores, firmando autógrafos por algunas monedas y eventualmente pactando combates nostálgicos en cualquier ring del olvido, hasta que ataque cardiaco le previene que debe dejar definitivamente las lonas y lo avienta de lleno en esa soledad que trataba de eludir.

Randy “The Ram” recurre entonces desesperado a sus dos únicos referentes afectivos: Cassidy, una madura bailarina de nigth club, interpretada por una portentosa Marisa Tomei, quien comparte con éste la simulación de su oficio -ella en el sexo, él en la lucha libre- ambos intentan amarse, pero ya todo es tardío como la vida misma del luchador. Son habitantes del exilio por lo tanto no deben trascender los linderos de una buena amistad, o en el peor de los casos de una relación cliente – prostituta.

En el otro lado de la búsqueda está su hija Stephany (Eva Rachel), a quién abandona en la vorágine de su fama y que muchos años después pretende resarcir su ausencia casi como una súplica a la hija que lo ama y lo odia pero que no perdona. Con Stephany hay acercamientos difusos, reconciliaciones efímeras, aunque hay que decir que es la parte más débil del filme, puesto que esta relación es demasiado esquematizada por el director.

Sin embargo, Aronofsky, traicionando a sus precedentes (“Réquiem por un sueño” por citar un ejemplo) deja de lado un elaborado tratamiento visual y desemboca en planos largos, sin mayor artificio, sobre el maltratado rostro de Randy, tan realista como que el propio Rourke se dedicó muchos años al boxeo y al extravío vivencial, por lo que tal vez el personaje no resulte ser una mera analogía sino el propio alter ego de éste.

Sea quizás por esto que Aronofsky decide también, como dice un crítico, poner la cámara detrás de su protagonista, como si el espectador estuviera respirándole a la nuca, acompañándolo en sus vicisitudes; la enfermedad, sus desencuentros, la miseria económica...el ocaso. Pero no hay tiempo para lamentos, Randy The debe seguir en la lucha -como lo canta el “Boss” Bruce Springsteen al final del filme-, en su único hábitat reconocible: el ring y la muchedumbre que clama su nombre, aunque muera en su último intento de un ataque al corazón, que dicho sea de paso es el músculo con el que actuó ese pendenciero y formidable actor llamado Mickey Rourke. Muy recomendable.

































jueves, 21 de mayo de 2009

BODAS DE PLATA HERRERIANA

la promoción Mario Florián (poeta mayor) del 5to C 1984 del Bartolomé Herrera se prepará para celebrar sus 25 años de egresada, aquí unas instantáneas de una reunión previa en la casa de nuestro pata Choza en San Miguel