jueves, 9 de julio de 2009

A OJO DE BUEN CUBERO


Reproduzco mi columna del día de hoy en Expreso.




Michael jackson y el cine






Suele pasar que los grandes íconos musicales (Sinatra o Elvis por ponerlos en su dimensión) tienen una propensión casi natural y sucedánea al séptimo arte, algunos con más suerte que otros, Bowie por ejemplo, el cine termina convirtiéndose en un complemento ideal para sus fulgurantes carreras, Michael Jackson no fue la excepción.
Recordemos que la primera incursión del “Rey del Pop” en el cine se dio con la versión “black” del clásico “Mago de Oz” donde Michael hacía el papel de un espantapájaros y compartía roles con todo el olimpo negro de su época; su entrañable amiga Diana Ross, Richard Prior, Lena Horne formaron parte de la troupe dirigida por Sydney Lumet , aunque el filme en términos de crítica y de taquilla significó un rotundo fracaso el paso del tiempo lo redimió como una cinta de culto, especialmente para la comunidad gay que siempre tuvo a Ross y Jackson como sus máximos héroes.
A principios de los años ochenta, Jackson va creando el mito al unirse a otro emblema de esa década: el filme ET el extraterrestre para el cual crea la canción “Somewhere in The Dark” convirtiéndolo en un himno sentimental de su época. En 1986 Jacko reincide en el cine encarnando a un héroe futurista en el filme “Captain Eo”, una espectacular fantasía espacial de apenas 20 minutos rodada nada menos que por Francis Ford Coppola en 3D. Es claro que el citado corto se resiste a la crítica pues fue una obra por encargo de Disney Corp. para su parque de atracciones Epcot Center, pero no está de más decir que sus efectos especiales fueron muy vanguardistas en su tiempo.
Dos años después Michael se embarca en el que quizás sea su proyecto cinematográfico más ambiciosos, el filme “Moonwalker”, epónimo de su famosos paso de baile patentado por su genio. Y en cierto modo la cinta es un extenso musical al servicio de su incipiente melagomanía que arrastraría a Jacko a un profundo abismo tiempo después y que quizás solo su muerte pudo resolver, para lamento de sus fans. Luego de Moonwalker centró su trabajo visual básicamente en esa simbiosis postmoderna explotada por MTV: el videoclip, esa mezcla de música y video que hicieron de Michael su exponente más brillante. Y es en este novedosos contexto visual en el que paradójicamente Jackson contrae una alianza más férrea con el cine. No es por azar que los videos de “Triller” y “Bad” estén rodados por John Ladis y Martín Scorsese, dos de los más destacados realizadores de la gran pantalla. Pero no solo directores son expropiados por la razón mediática del Rey del pop sino que también grandes actores sirven a la causa de su majestad Macaulay Culkin (Black or White), Eddie Murphy (Remember the time), Marlon Brando y Chris Tucker (You Rock My World)... Danny Glover, Olivia Newton-John, John Travolta, Whoopi Goldberg, por citar solo algunos. Aunque nosotros nos quedamos con la aportación vocal del actor Vincent Price en la introducción de “Thriller”, sin duda el video más visto en el mundo no hubiera tenido el gran éxito que tuvo sin la narración de Vincent y sin la terrible carcajada final de un actor que fue reconocido por sus peculiares caracterizaciones de los personajes de Edgar Allan Poe.
Como vemos, la relación que tuvo Michael Jackson con el cine fue muy estrecha, al punto de engendrar un nuevo género: el videoclip, como una apuesta de carácter visual esporádica, minimalista... pero que en el caso de Michael se hizo perdurable como la leyenda que nace ahora. Descanse en paz maestro.

lunes, 6 de julio de 2009

LOS 70 AÑOS DE BATMAN



Queremos conmemorar los 70 años de la creación del cómic quizás más famoso de la historia: Batman o el Hombre Murciélago, pero contando una historia poco conocida e hilarante, como cuando el psiquiatra Fredric Wertham, una especie de Mc Carthy del cómic, adujo que Batman y Robin eran nocivos para la formación de los niños por ser gays...ahí les va...previo biopic del aludido.


Fredric Wertham (20 de marzo de 189518 de noviembre de 1981), psiquiatra germano-estadounidense protagonista de una cruzada para protestar contra los supuestos efectos nocivos de los medios de comunicación de masas —los cómics, en particular— en el desarrollo de los niños. Su libro más conocido fue La seducción del inocente (1954), que condujo a una comisión de investigación del Congreso de los EE. UU. contra la industria de los comics y a la creación del

La seducción del inocente y las audiencias del Senado


La seducción del inocente describía las representaciones explícitas y encubiertas de violencia, sexo, consumo de drogas y otra temática adulta dentro de los "comics de crímenes" —un término que Wertham usaba para describir no sólo los populares títulos de gangsters y asesinatos de la época, sino también a los de superhéroes y los de terror— y afirmó, sobre todo basándose en casos anecdóticos mal documentados, que la lectura de dicho material provocaba conductas similares en los niños.
Los
comics, especialmente los títulos de crímenes y terror, con la EC Comics al frente, abundaban en imágenes truculentas; Wertham las reprodujo exhaustivamente, apuntando a que veía imágenes morbosas recurrentes, tales como las "agresiones a los ojos". Muchas de sus otras conjeturas, particularmente las de las alusiones sexuales ocultas (por ejemplo imágenes de desnudos femeninos ocultos en los dibujos de los músculos y en la corteza de los árboles, o Batman y Robin como amantes homosexuales), fueron recibidas con hilaridad en la industria del cómic. Wertham afirmaba que Wonder Woman tenía una segunda lectura relacionada con la sumisión y el bondage, algo que en cierto modo ya había sido mejor documentado por su creador William Moulton Marston, que había admitido eso mismo; a pesar de ello Wertham también afirmó que la fuerza y la independencia de Wonder Woman ponían de manifiesto su carácter de lesbiana.
Según palabras de Wertham: “Los comics en el peor de los casos son demoníacos, en el mejor simple basura”.
La conmoción creada por este libro y las anteriores credenciales de Wertham como testigo cualificado hicieron inevitable que compareciese ante el Subcomité del Senado sobre Delincuencia Juvenil, presidido por el cruzado anti-crimen
Estes Kefauver. En su prolongado testimonio ante el comité Wertham repitió los argumentos de su libro y apuntó hacia los comics como una de las causas principales de los crímenes juveniles. Las preguntas al siguiente testigo, el editor de la EC, William Gaines, se centraron en escenas violentas del tipo que Wertham había descrito. Aunque el informe final del comité no acusó a las historietas de la comisión de crímenes, recomendó que la industria de los comics rebajase el tono de sus contenidos voluntariamente; viendo esto como una amenaza velada a una posible censura los editores desarrollaron el Comics Code Authority para autocensurar sus propios contenidos. El Código no sólo prohibía las imágenes violentas, sino palabras concretas y conceptos (por ejemplo "terror" y "zombies"), y obligaba a que los criminales debieran ser siempre castigados. Esto destruyó muchos de los títulos de la EC y similares, lo que dejó a la industria reducida a un aséptico pequeño grupo de comics de superhéroes como líderes del mercado. Muchos historiadores del cómic ven en la adopción del Comics Code un medio de las editoriales que hasta entonces habían dominado el mercado para destruir a la EC Comics, que en ese momento despuntaba poderosamente en ventas.
Wertham opinó que el Comics Code le parecía inadecuado.

Final de su carrera
La visión de Wertham sobre los medios de masa ha oscurecido completamente sus más amplias preocupaciones respecto a la protección de la infancia contra el daño psicológico. Sus artículos sobre los efectos de la
segregación racial se utilizaron como prueba en el Tribunal Supremo en el caso Brown contra La Junta de Educación, y parte de su libro de 1966, A Sign for Cain (Una señal para Caín) arremetía contra la profesión médica por su involucración en el Holocausto.
Wertham siempre negó que favoreciese la censura o que tuviese nada contra los
comics en principio, y en los 70 centró su interés en los aspectos benignos de la subcultura del fandom del cómic; en su último libro, The World of Fanzines (El mundo de los fanzines) (1974), llegó a la conclusión de que los fanzines eran "un modo constructivo y sano de ejercitar la creatividad". Esto llevó a que Wertham fuese invitado a la Convención del Arte del Cómic de Nueva York. Visto todavía como un enemigo entre los fans del cómic de esa época, Wertham se encontró durante la convención con su recelo y con comentarios impertinentes, así que dejó de escribir sobre los comics a partir de entonces.
Murió a finales de
1981.

Wertham en la ficción [editar]
Una representación ficticia de los ataques inspirados por Wertham a la industria del cómic abarca parte de la novela
Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay. Wertham y las audiencias de Kefauver han sido largamente parodiadas en los mismos comics, especialmente en el cómic underground de 1977 Dr. Wirtham's Comix & Stories [sic], en The Maximortal de Rick Veitch y en un especial de Los Simpson sobre el Hombre Radioactivo publicado por Bongo Comics.
También fue representado en la miniserie Fanboy, primero vendiendo comics utilizados para su investigación, y después testificando que los comics no eran peligrosos, oponiéndose a sus primeras opiniones en el juicio al personaje del título por haber vendido un cómic para adultos a un menor.
Wertham también fue parodiado en
Daniel Clowes Eightball. La tira cómica ilustraba varios de los puntos clave de Wertham, pero después mostraba que muchos de los coleccionistas de comics eran unos frikis inofensivos, incapaces de involucrarse en una conducta criminal.
El popular Dr Fredrik Wertham Blink editado por Dark Tower, donde se parodia el mundo superheroico y la psiquiatría es una claro homenaje y parodia al dr Wertham.

viernes, 3 de julio de 2009

Up!! Una Aventura de altura.




Disney Corp. representaba en el cine norteamericano lo que Arnold Schwarzennegger representa hoy en la política californiana; su ala más conservadora. Sin embargo algo cambió a partir del 2006 cuando decidió unirse con la productora de cine digital llamada Pixar, después de todo esta fábrica de animación había producido los films mejor pensados del género y también de mayor éxito económico. Pixar había subvertido de algún modo el orden conservador con alusiones críticas e irónicas al consumismo, a la concentración en las grandes ciudades o al capitalismo desmesurado. Wall E o Monsters Inc. son dos brillantes ejemplos de ello.

Felizmente esta asociación mantuvo su línea, al menos en este rubro cinematográfico, ofreciéndonos “Up: Una aventura de altura”, un producto sobresaliente que narra con humor y ternura la inconexión entre una ancianidad cada vez más incómoda para una sociedad moderna, productivista y vertiginosa, y que “sin tiempo para los viejos”, como diría Eastwood, no sólo los condena al exilio de los asilos públicos sino también al abuso de sus propios derechos.

El filme narra la historia de Carl Fredricksen , un anciano de 78 años, que viudo y enfermo, es asediado por una voraz inmobiliaria que pretende su vieja pero bien ubicada casa familiar ofreciéndole a cambio un epílogo vivencial en un oscuro asilo de la ciudad. Carl resisté hasta el límite de la posibilidad, pero vencido ya por el apetito corporativo decide darle vuelta a la tuerca: huir y cumplir la promesa hecha a su esposa en vida, hacer de su casa una maravillosa máquina voladora impulsada por globos de helio y enrumbar a un destino exótico llamado las Cataratas del Paraíso. Aunque una vez en vuelo se de cuenta que lleva a bordo a un polizonte, Russell, un niño de 8 años, boy scout empedernido que busca la única condecoración que le falta, y que solo la conseguirá si prueba haber ayudado a un anciano de un peligro inminente. Ambos conforman una dupla de imprevistos aventureros que se ven envueltos en las más inverosímiles aventuras en algún lugar de Sudamérica.

Y ese lugar de Sudamérica es la maravillosa Sabana venezolana, incluyendo los Tepuyes y la famosa caída de aguas llamada “El Salto del Ángel”, que el equipo técnico de Pixar recrea con la asombrosa fidelidad que puede ofrecer la tecnología 3D . Pero Pete Docter, el director del filme, hace también de la representación grafica un indiscutible protagonista y no pudo estar más acertado en la elección del paisaje, descubriendo a los ojos del mundo esta exuberante escenografía natural.

Debemos agradecer entonces a Pixar que el cine animado haya dejado de ser un ghetto infantil y nos abarque a todos en sus fabulaciones, que con su cuota de ironía, buen manejo técnico y personajes entrañables han repensado definitivamente el género. Recomendable.
























jueves, 2 de julio de 2009

LAS 2 CARAS DE MICHAEL


En un ejercicio por computadora se ha llegado a la siguiente conclusión sobre el rostro que hubiera tenido Michael a la edad de su muerte. Tal vez el primer rostro lo hubiese mostrado más feliz.