miércoles, 17 de marzo de 2010

TANTAS VECES ALMODÓVAR


Los abrazos rotos


Un director de cine que se encuentra dirigiendo un melodrama se enamora locamente de su protagonista y es correspondido. La actriz es una anterior prostituta, ex secretaria y actual mujer de un magnate, que por cierto financia el filme. El magnate no tarda en darse cuenta de los escarceos amorosos de ambos y designa a su hijo, un afeminado adolescente, para que cámara en mano, cual voyeur, siga por todos lados a la pareja y le reporte el engaño diariamente. Los amantes se cansan del acoso y huyen a las playas de Lanzarote. El magnate planea su venganza editando malamente el filme. La mujer muere en un accidente y el director es afectado gravemente al punto de quedar ciego y cambiar de personalidad. Muchos años después éste pretende redimirse acabando el filme inconcluso “chicas y maletas”, tan parecido a “mujeres al borde de un ataque de nervios”.
¿Demasiado Almodóvar? Lo cierto que sí, hay un temor a la reiterancia que se cumple pero de forma distinta o de mala manera. Lo que empieza con “rush” impresionante, luego de los diez minutos deviene en una lenta metáfora sobre el amor y el cine de imágenes incoloras y vacuas.
Es cierto que España le debe a Almodóvar su entrada a la modernidad post franquista, su frescura, su libertinaje. Pero la irreverencia también envejece, este filme es clara muestra de ello.

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