martes, 26 de febrero de 2008

HUMOR NEOTRIBAL: EL CASO DE CORREO


Dicen que la ironía convertida en humor es una de las mayores sintomatologías de la inteligencia, materia de la que suele carecer Aldito Mariátegui casi endémicamente, sino como explicar las mediocres tiras cómicas de correo, de las cuales es su evidente guionista y el dibujante Toño Tapia ( según blog malasangre)quien las traduce a tinta sin gracia y carente de ese humor corrosivo que detenta por citar alguno, el genial Heduardo. Es tan evidente su mínima capacidad humorística que Aldito ni siquiera las publica en su versión digital.

Reproducimos a Malasangre en un post que me parece muy interesante y que dará pie a una investigación de este blogger sobre un libro que se viene preparando acerca del humor político desde las épocas del fujimorismo a la transición democrática y que por supuesto no titularé algo así como "Atrincheramiento, sonrisas y balbuceos neotribales durante el neoliberalismo fujimorista: el caso de los cómicos maniatados por Montesinos"...ja..ja

Oscarix

Quienes recuerdan el C.H.E.S.U!. (Coleccionable de Humor y Entretenimiento Semanal Ultrahilarante) sabrán que fue un vulgar paliativo para la juventud del fujimorismo. Era popular, chichón y con visos subte. Durante un buen tiempo, incluso, se dio el lujo de hacer humor de oposición. Mientras, Jorge Benavides nos hacía cosquillas con su humor escapista (¿el salón de clases de Gloria Helfer?). Mientras, Carlos Álvarez fujimorizaba su talento y le pegaba a la Pindonga descargando en ella su obvia misoginia.
Ese primer C.H.E.S.U!. derivó en Zoociedad ilustrada, subiendo su precio y su nivel intelectual (es un decir). Fue la época 'dorada' del cómic punkeke-popular, y allí estaba el humor negro escuela Crumb de Álvaro Portales, y el talento de Víctor Pereira, Gaston Puente de la Vega, Roger Galván y Julio Figueroa. Las secciones Mátate, Vida de Alcantarilla y Koch A tu Ma destacaban del resto. Y, claro, estaba Toño Tapia, el actual caricaturista del diario Correo.
El personaje de Tapia era y sigue siendo El Trolo, un dibujo algo falomorfo. El Trolo sólo se preocupa por sobrevivir flotando en el hueveo y conocer mujeres. Una especie de Condorito perutopista y criollón. Tiene un padre llamado Don Trololón y un hijo/sobrino llamado Trolito (con la nariz sin circuncidar). ¿A qué viene todo esto?


Pues a que Tapia jamás fue un caricaturista político. Siempre fue el lado ramplón de C.H.E.S.U.!, el tipo de los culos inflados y los chistes copiados. Sigue siéndolo: quizá por eso sus dibujos no aparecen en la edición electrónica del diario. Hoy, gracias al guión diligente de Aldo Mariátegui, Tapia se ha convertido en su versión escrita: maniqueo, sexista, misógino y con humor demasiado grueso para ser tragado. Se dedica a atacar -animus jocandi de por medio- a los caviares, rojos, rosados y demás fantasmas que le quitan el sueño al discurso neocon de los Agois. No escatima esfuerzos en caricaturizar la cojera de César Lévano, la estatura de César Hildebrandt o la inteligencia del 'electarado'. Incluso ha creado una tira para mofarse del hitman caviar Diego García Sayán: Las aventuras de Dieguito. Dieguito siempre sale con su bigotito, su look intelectual y su ONG Pintando pajaritos. Pero más allá de identificar a sus blancos de ataque, el problema es su sospechosa falta de humor.


El actual CHESU no conserva ninguno de sus atributos de antaño. Es un copy/paste de chistes de internet y calatas pixeleadas. Lo poco de política que trae viene de la escuela facha de Tapia, actual factótum de la publicación. Pero claro, se vende más que nunca

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