
Por Pedro Ramírez Escobar
desde Santa Cruz de la Sierra en llamas
Acudí al cine center, de la hoy convulsionada Santa Cruz de la Sierra, hace algunos meses con el convencimiento de que vería una película importante, pues su director Paul Thomas Anderson, ha plasmado bajo influencias notorias ,como las del recientemente desaparecido, Robert Altman, Sideny Lumet u Orson Welles , éste último presencia iluminadora e inconfundible para el caso de la peli que comentamos hoy; una línea cinematográfica que roza con una posición ideológica contestataria, una trinchera experimental desde la exploración personal, alejado de las vanguardias sesentistas del cine de la nueva ola francesa, por ejemplo, o movimientos independientes que irrumpieron desde los setentas hasta nuestro días con significativas presencias abarcadoras como la de los hermanos Coen, jim Jarmush o Tarantino ; trabajando así, un cine de sello implacablemente personal: Boggie Nights o Magnolia; que no sólo lo ubican como el director más arriesgado y talentoso de su generación sino como el más prometedor de todos ellos.
Película densa, como el petróleo que la enarbola , basada en la novela de 1927 de Upton Sinclair Oil ¡, Pozos de Ambición, cuyo guión es también obra de Paul Thomas Anderson, es una adaptación libre y de largo aliento, dura y por momentos fría , sobre la codicia y la religión como fuerzas motrices de la humanidad. Una historia que contiene una pulsión violenta y (auto)destructiva que invita-arrastra a la hipocresía, la maldad, el crimen , la simulación, la trampa , la emboscada a manera de condenarnos a la esperanza -vil y maniquea del metal- como manera de supervivencia y éxito en una sociedad despiadada(y machista) cuya imagen oscura está representada en dos hombres cuya ambición y odio los lleva desde la profundidad de los pozos del oro negro hacia la abundancia terrena de la riqueza y el lujo, sin antes corromperse, mentir, asesinar y lucrar en aras de un capitalismo feroz que los supedita y los empuja hasta/los condena a la perdición/ de sus almas y la podredumbre de sus carnes henchidas de goce y perversión.
Estamos en la Norteamérica de inicios del siglo pasado, un emprendedor y obsesivo hombre se inicia en la vida de los negocios, moviéndose ente Texas y california, acompañado de su pequeño hijo H.W; excava la tierra con un grupo de hombres para alcanzar su sueño, enriquecerse. Todo su esfuerzo y sacrificio dará resultado, tendrá su recompensa; para Daniel Plainview/ Day Lewis, el oro negro será su gloria y perdición. Day Lewis construye un personaje duro y maligno, y nos obliga a maldecirlo, como malditos estarán sus logros y riquezas, las de Plainview ; su rostro contiene las expresiones humanas mas bajas, desde la usura hasta el odio, expuestas de manera brillante, caracterizando magníficamente al personaje en marras, que nada perdona a su paso, no le importa la enfermedad, ni soledad de su hijo, y le atormentan la alegría del otro, del prójimo, y/o del competidor; todo a su paso debe ser destruido, combatido, convertido en inferior o menor a él, pues su goce está en el desmoronamiento y perdida del otro como adversario, como contrincante a derrotar, muestra de ese signo salvaje del capitalismo pujante que lo supedita y corroe .
Pero todo no ocurre tan repentinamente, en la vida de este duro minero reconvertido a empresario del petróleo. Tiene su lugar en esta historia de personajes que exploran la misteriosa raíz de la maldad humana , un pintoresco joven, Eli Sunday /Paul Dano, ( Pequeña Miss Sunshine) que es una especie de predicador charlatán, quien resulta ser líder de una secta religiosa , que manipulara bajo sus propia consignas de ambición y éxitos, los aportes que Plainview pueda entregarle para su feligresía , la Iglesia de la Tercera Revelación y, alcanzar así sus propias ganancias; todo a cambio de obtener información sobre un lugar en donde explotar abundante petróleo aún sin extraer, Little Boston.
Este visionario impostor interpretado magistralmente por Paul Dano, pareciera gritarnos en la cara: …si maldicen a Daniel Plainview, ódienme a mi ,pues tengo el alma tan sucia como la suya y mis ansias de poder son igual de inconmensurables… personajes profundamente dramáticos y de enorme fuerza, uno por su osadía y ambición el otro por un maniqueísmo sardónico de falso profeta que termina por saturarnos, pero también por revelarnos a un joven actor que promete y cumple en cada escena.
Película de culto, obra maestra sin duda y, también árida , dura, pues Anderson se aleja del expresionismo habitual de su estética y de su línea narrativa; no veremos aquí ninguna escena surrealista, ni veremos ranas llover, como en Magnolia; para ofrecernos más bien una puesta en escena profundamente lúgubre, con un cuidado maestro en cada uno de su planos y encuadres- cuya composición es totalmente wellesiana , si cabe el término – y con panorámicas amplias, múltiples angulares bajos, enfoques cerrados sobre el personaje y tomas de prolongada inacción atmosférica convirtiendo el filme en una épica reconstrucción del cine clásico americano.
La composición musical que acompaña la película, obra de Jonny Grenwood, guitarrista y segundo al mando de ese grupazo que es Radiohead; es un punto superlativo en este filme, de manera genial la música nos sumerge, nos hunde sin ahogarnos, en ese denso petróleo de profunda soledad que es There will be blood , usando instrumentos de época para evocar antes que para reproducir el sonido de un era.
Fantasmales y diabólicos violines van subiendo de intensidad para luego contrastar con la profunda languidez de una música de cámara compuesta por cellos cuyos acordes van acompañando la evolución narrativa del filme con precisión y eficiencia, permitiéndonos seguir con atención las mas de dos hora de largo aliento dark que contiene este apocalíptico, como los días en que escribo esto, filme de Paul Thomas Anderson.
6 comentarios:
Me pareció una película interesante pese a que es lento el desarrollo de la trama.
Muy buena la actuación de Daniel Day Lewis, cuyo personaje se convierte de humilde minero a un rico empresario del petroleo sin escrupulos.
Totalmente de acuerdo contigo,Patricia, ese ha sido el sentir de un público acostumbrado a una dramaturgia más convencional, carente de emociones,en el sentido más retrógrado del término si se quiere.
No dejes como anónimos tus comentarios, identificate, tú lees y sabes mucho de cine, me interesan tus opiniones.
un beso.
Pedro: como siempre, impecable tu punto de vista, no se te escapa ningun detalle (tipico de tu estructura...jejeje)...al leer tu artículo, aprecio mucho más la peli..a mi me fascinó la trama, los personajes, la musica, todo.
Gracias Pedro....No dejes de escribir NUNCA!!!!!
Saludos desde la Bolivia Sangrienta!
pucha asuuu Ro, gracias por tus palabras, pero eso de nunca..jaja..¡¡ no te pases. Recuerdo que fuimos al cine juntos e intercambiamos primeras impresiones, ya tenía escrito algo, ahora se dio la oportunidad de publicarlo aqui en este interantísimo blog de oscarix. El psicioanálisis nos ofrece una otra mirada sobre la película, con subjetiva lucidez, probablemnete comente aqui de manera empírica al repecto, o quizá recomiende, por ejemplo,la pag de blog de Gonzalo Portocarrero dond él toca el tema, y que recuerdo haberte te envíado.
ok un beso y, ¿abrimos el pisco hoy?
En nombre de nuestro amigo perucho q esta de onomastico...segurisiimo!!!
Sólo para aclarar un poco la rspta a patricia en su primer comentario, quien me pregunta por telf pues ya no tenía tiempo para escribir, sobre esto: "a una dramaturgia más convencional, carente de emociones,en el sentido más retrógrado del término si se quiere".
Hablo de una dramaturgía, desde lo tetral, pre-Aristotélica, más fría y no muy bien lograda en su puesta en escena; ya el teatro Aristotélico , se encarga de avanzar con esa dramaturgía exponiendo fuertemente las emociones y la pasión, mediante la conmiseración y el temor, despertando en el espectador igualmente pena y miedo e inacción, de alli deriva la resignación de esta puesta en escena, en donde el espectador se queda en la pasividad y en el conservadurismo.
Luego Brecht hace un deslinde con el teatro Aristotélico y propone una dramaturgía más racional, conciente y objetiva, con los consabidos carteles en el escenario mientras se desarrolla la obra etc. La teoría Brechtiana del teatro épico propone el alejamiento refleexivo del espectador(distanciamiento) y la observación critica por medio de una serie de efectos distanciadores que afectan tanto al texto en sí como a los diversos aspectos de la obra representada; por eso el teatro brechtiano enriquecio su ambicioso proyecto de renovación dramática con las enseñanzas de los grandes poetas malditos, del teatro clásico chino y japones, de la balada popular y del music -hall. Sí Stanilavsky nos da una puesta en escena y un teatro desde lo emocional, inconciente y subjetivo(Aristotélica); Brecht, nos plantea una dramaturgia racional, conciente y objetiva. Esta temática la desarrollaré en la próxima pelicula que analice para el blogmundano, pues su desarrolla dramático y filmico convive con todo lo anteriormente mencionado, hablo de La Familia Savage.
En Pozos de Ambición, el distanciamiento podría estar dado en la música, pero sobre todo en el final, cuando Plainview mira a la cámara y dice he terminado.
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