
HOLA SOLEDAD
Del amor a la silente condición del recuerdo
tus pies descalzos paren las huellas viajeras
de la vía láctea
entre mis orejas y mis fatales neuronas
entonces PIENSO
DIGO
QUIERO
la más tierna de tus extremidades
que dibuja el orificio que me parte en dos al borde
del abismo
entonces voy a dar a tu regazo con calor de criatura inerme
bañando el alma con el sándalo que brota de tus manos.
Del amor al silencio
nadie entiende la comunión del pecado que perdura tu sexo
entre mis ojos
y la inocencia de pronunciar la primera sílaba
de dar el primer paso arañando el cielo en el cenit
escuchando a Dylan cantarle a la presurosa hembra del viento
mientras escribo un poema de amor o disidencia
todo al mismo tiempo
Intercambiando los huesos
para ser al instante tú y yo sin identidad específica
sin cualidad de mamífero adaptado a la terca circunstancia del mundo.
La leve sinfonía de tus palabras no hiere la cómplice melancolía
de la noche quieta que posee tu volátil cuerpo a media luna
y avizora por tu mirada las calles vacías
en la irreversible hora que las gentes mueren despacio cada día.
Soledad
goza el candor de tus dedos palpando el húmedo asfalto
musita la tenue caída del rocío sobre tus ojos sedientos
y no llores por la ausencia que canta su elegía
porque sé que te amo soledad empedernida
como el último pescador suicida ama el mar y su barcaza
a la deriva.
Del amor a la silente condición del recuerdo
tus pies descalzos paren las huellas viajeras
de la vía láctea
entre mis orejas y mis fatales neuronas
entonces PIENSO
DIGO
QUIERO
la más tierna de tus extremidades
que dibuja el orificio que me parte en dos al borde
del abismo
entonces voy a dar a tu regazo con calor de criatura inerme
bañando el alma con el sándalo que brota de tus manos.
Del amor al silencio
nadie entiende la comunión del pecado que perdura tu sexo
entre mis ojos
y la inocencia de pronunciar la primera sílaba
de dar el primer paso arañando el cielo en el cenit
escuchando a Dylan cantarle a la presurosa hembra del viento
mientras escribo un poema de amor o disidencia
todo al mismo tiempo
Intercambiando los huesos
para ser al instante tú y yo sin identidad específica
sin cualidad de mamífero adaptado a la terca circunstancia del mundo.
La leve sinfonía de tus palabras no hiere la cómplice melancolía
de la noche quieta que posee tu volátil cuerpo a media luna
y avizora por tu mirada las calles vacías
en la irreversible hora que las gentes mueren despacio cada día.
Soledad
goza el candor de tus dedos palpando el húmedo asfalto
musita la tenue caída del rocío sobre tus ojos sedientos
y no llores por la ausencia que canta su elegía
porque sé que te amo soledad empedernida
como el último pescador suicida ama el mar y su barcaza
a la deriva.
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