lunes, 16 de junio de 2008

UN REENCUENTRO VIRTUAL: MILAGROS SALCEDO


Epocas de reencuentros, a propósito de ello, encontré a milagros salcedo en el cyberespacio.

Los Exilios Del Cuerpo : Milagros Salcedo


Milagros Salcedo, poeta y performer peruana, ex integrante del ex grupo poético-cultural Neón, que más que un grupo fue un movimiento de jóvenes vitalistas entregados a las artes que tomaban las calles de Lima en esos años del 90. Desde el viejo continente Milagros nos entrega su testimonio con la palabra y con la vida.



Movida poética a principios de la década del Noventa

Mi participación se dio grosso modo de fines de 1990 a 1992. El momento clave fue un recital de poesía en la Universidad de San Marcos con encapuchados poniendo explosivos en el jardín de al lado (olvidé la fecha pero, si recuerdo bien, Sendero había lanzado un paro armado). Este recital, indirectamente me llevaría a formar parte del grupo de poesía Neón.

El recital en San Marcos fue una especie de revelación: el acto poético, el acto creador vivía y latía a costa de todo. Pese al susto, ningún organizador decidió anular el recital, la poesía siguió fluyendo, enfrentando. Los jóvenes poetas - jóvenes con los que compartía la edad, la poesía - me marcaron por esa vitalidad inquebrantable, esa especie de acto de fe que consistía en seguir leyendo pese a las explosiones y los disparos. Yo estaba en el público, para una muchacha como yo, ir a San Marcos en esa época era como un desafío a un cierto "establishment" de "niña de buena familia". Vivía muy cerca de San Marcos pero nunca había ido antes, entraba por primera vez en esa especie de "boca del lobo" .

No recuerdo con precisión a los poetas que leyeron, era tal vez el primer recital de poesía al que asistía. El impacto fue grande: los disparos afuera, la poesía que seguía resonando, heterodoxa, firme, ambivalente, de muchísimas voces y formas, una poesía que servía la realidad sin miramientos, sin filtros. Recuerdo también una performance de corte ultra urbano que recogía fuertemente las tensiones múltiples de una ciudad como Lima.

Salí del recital antes de que terminara, iba sola y tuve un encuentro significativo: un chico me guió hasta la salida evitando el área de los disparos, antes de separarnos le agradecí y comentamos lo que había pasado. Ese chico era Juan Vega. Más tarde, nos volveríamos a ver en Neón.

En la época en la que entré en Neón, los poetas más asiduos eran Rubén Grajeda (después Leo Zelada), Carlos Oliva, Juan Vega, Miguel Ildefonso, Paolo de Lima, Mesías Evangelista, Héctor Naupari, Roberto Salazar, Paul Saavedra, Pepe Galindo, Olga Saavedra, Nagel Díaz Seminario. El grupo era bastante heterogéneo, creo que ésa era su principal fuerza así como su dinamismo para organizar y poner en marcha encuentros poéticos.

Si bien compartíamos la avidez por la palabra, las voces poéticas del grupo podían ser completamente antagónicas. Guardo un recuerdo de universos y de personalidades muy distintos, las lecturas de poemas eran una suerte de arena en la que esas diferencias se manifestaban. A pesar de éstas, o tal vez justamente por ellas, había una gran apertura. Podíamos identificarnos particularmente con uno u otro poeta, sin embargo, no recuerdo actitudes ni críticas radicales y pienso que en un país como el Perú, en esos años, esta libertad era excepcional.

Había también una suerte de espíritu interrogante, una búsqueda de ir al fondo de las cosas, al fondo de nosotros mismos. Recuerdo principalmente una larga reunión en un espacio grande y abierto en San Marcos (¿el estadio deportivo?), donde estábamos de pie, con viento, en la que hablamos de nuestras motivaciones profundas para escribir; más que conversarlas, tengo la sensación de que las desenterramos, las parimos. Juan Vega fue un motor en esa reunión: inquisidor, perspicaz, inteligente y sobre todo, abierto, sin máscaras.


Las lecturas

Yo llegué a Neón con un bagaje literario que abarcaba autores del boom latinoamericano. Y desde autores como Dickens, Stevenson y otros clásicos "juveniles" hasta Kafka, Süskind, Kundera, Dostoievski, Simone de Beauvoir... Ribeyro, Bryce Echenique y Vargas Llosa eran mis principales lecturas del lado peruano. Una amalgama de autores que me habían enseñado lo que era la buena literatura, las historias donde no había cabida para una palabra más ni para una palabra menos y donde los recovecos de las emociones humanas eran explorados hasta lo más íntimo.

Cuando entré a Neón, mis lecturas poéticas recorrían las obras de poetas peruanos como Chirinos, Sologuren, Varela, Eielson, Westphalen. Poetas que me abrían el universo de la poesía peruana contemporánea y que me enriquecían por su libertad creativa, esa relación abierta con la palabra.

Me marcaron también otras lecturas, otras fuentes. Mi poesía se nutrió muchísimo de diferentes pasiones: la historia del arte rupestre del paleolítico, del arte en la Antigüedad (Mesopotamia, Egipto...), personajes de mitologías de diferentes orígenes: andina, griega, australiana, africana, hindú, así como diferentes lecturas en el campo de la antropología que llegaban a mis manos casi por casualidad y que yo leía sin orden, sin principio ni fin, llevada por una sed de ritos y de universos, más allá de la cotidianeidad y sus repeticiones.

Lecturas claves fueron "Un mundo para Julius" de Bryce Echenique, "Sobre héroes y tumbas" de Sábato, tragedias griegas como: "Medea" y "Las Bacantes"; "Historia del Arte" de E. H. Gombrich, "Las Metamorfosis" de Ovidio, "Los Mitos Griegos" de Robert Graves, "Los Grandes Iniciados" de Edmond Schuré, 'Lo sagrado y lo profano", "El mito del eterno retorno" de Mircea Eliade...

Otro elemento que influyó mucho en mi poesía en esa época, y probablemente la sigue influyendo, fue mi intensa experiencia en el "teatro-danza": la búsqueda expresiva a través del cuerpo, la exploración de sus posibilidades, el derribar constante de sus límites de la mano con esporádicas incursiones en la biología y la anatomía. Este campo determinó también muchas de mis lecturas durante los años siguientes: teatro y, en mucho, el investigador teatral Jerzy Grotowsky .


De Perú a Francia

Mi partida (en 1998) respondió a muchas motivaciones, algunas muy "circunstanciales". Yo trabajaba como profesora de francés y quería conocer el país gracias al cual me ganaba el pan, así que dentro del marco de mis estudios pedagógicos, se presentó una situación propicia y la cogí literalmente al vuelo.

Es cierto también que soñaba con Europa en general, especialmente Francia, París y su fama de ciudad artista e intelectual; soñaba con esas tierras extranjeras llenas de lugares por descubrir, de aperturas y de promesas de una "vida mejor".

Mi viaje se dio dentro de un acuerdo bastante informal, no tuve las facilidades que dan las becas u otras formas de viaje institucionalizados, así que, pese a la preciosa ayuda de varias personas, no tardé en confrontarme con la difícil realidad que viven muchos latinos en tierras galas. Logré, sin embargo, hacer una Maestría en Educación en lo que había sido "La Sorbona" antes de los levantamientos estudiantiles de Mayo '68 en París y hacer también una especialización en Estrategias Mentales de Aprendizaje ("Desarrollo Cogntivo") en la Universidad Católica de Angers.

He terminado quedándome poco a poco, principalmente porque fundé una familia aquí y en ocho años he podido vislumbrar los matices, más o menos felices, de esa "vida mejor" que los sudamericanos encontramos aquí con sus privilegios y facilidades y también con sus desfases y laberintos.


Los cambios

El cambio esencial en mi búsqueda expresiva se dio en los años posteriores a mi participación en Neón. Comencé a "sacar al Poema del papel" y a crear bosquejos de performances a partir de mis textos: música, movimiento, juegos de voz... Paralelamente, comencé a darle mucho más tiempo y energía a mi formación e investigación corporal: participé por largos períodos en talleres de teatro urbano ("Magia" dirigido por José Carlos Urteaga), teatro experimental (con el actor Miguel A. Blásica), teatro-danza ("Integro" dirigido por Oscar Naters) y formé parte de un grupo de teatro de calle. Presentaba mis "performances" en recitales de poesía principalmente.

Toda esta actividad tuvo como consecuencia, en el campo poético propiamente dicho, un relativo silencio, escribí mucho menos. Sin embargo, cada creación, cada "performance" partía siempre de uno de mis poemas: "Ritos" en la U. De Lima, "Khali" en la UNMSM, "El Alejado" en la Biblioteca Nacional, "El Sueño" en la U. Santo Toribio de Mogrovejo, "Rupturas" en el Festival de Clisson en Francia, "Cigoto" en Nantes. Mis poemas son una especie de fuente a donde regreso siempre a buscar lo más íntimo, lo más contundente, lo más orgánico, lo más real, nutren todo el proceso de creación corporal y le dan una materia prima, son la columna vertebral del proceso.

Fuera de esto, los cambios en mi poesía son principalmente, me parece, cambios temáticos, de ideas, de contenidos y van de la mano con la evolución de mis vivencias: el encuentro brutal con el "otro" , el "extranjero" que se ha ido dando desde que estoy en Francia. De vez en cuando escribo en francés pero la mayoría de veces lo hago en castellano, lengua en la que tengo un pasado, un presente y un futuro; escribir en francés es, de algún modo, estar sólo en el presente, con la línea del tiempo rota y en un plano distinto al de las diversas experiencias que, en Perú, han constituido cimientos claves en mi personalidad y en mi visión sobre las cosas. De hecho, la cultura francesa me ha moldeado también, pero de manera abrupta en el tiempo, entrecortada.

La temática relacionada con la "otredad" proviene también de mi experiencia como mujer dentro de una pareja primero, una familia después. La confrontación con vidas que no sólo no están de paso, sino que además dependen de la mía en muchos aspectos. Son cosas muy concretas: es, por ejemplo, leer a E. A. Poe, pero qué es Poe ante el llanto destroza-nervios de un bebé de un mes que tiene hambre? Al maldito poeta no le queda más que eclipsarse: "Caballero..."

Por otro lado, me parece, globalmente, que mi poesía no ha tenido grandes cambios en lo que se refiere a investigación de las posibilidades de la palabra. Presiento que esa búsqueda de "ir más allá" se ha concretizado en el cuerpo, en la búsqueda expresiva a través del cuerpo.

Es como si la búsqueda de la Palabra se hubiera transformado en una búsqueda de energías más primarias, "anteriores" a la expresión verbal organizada; una búsqueda del movimiento orgánico, vivo que, tal vez, latía ya en la danza del chamán disfrazado de la caverna des "Trois-Frères". Qué encontraré?.



Proyectos Literarios

Quisiera continuar creando a través de ese lenguaje híbrido de poesía y movimiento en el que estoy. Mi proyecto inmediato es ése: explorar los espacios mezclando elementos diversos, la forma concreta que toman los proyectos es, por lo general, la performance y la escena es la calle. En este momento, vivo directamente interrogantes que se relacionan con los diferentes roles que una mujer asume y/o tiene que asumir. Tengo una serie de poemas al respecto y serán una parte de la materia prima para armar una performance, por ahora quiero nutrir el proyecto investigando, leyendo a poetas mujeres, diarios de escritoras y otras fuentes. La segunda etapa será la puesta en escena y la presentación del trabajo en Nantes.

5 comentarios:

pedro ramirez escobar dijo...

Interesante post sobre nuestra recordada Milagritos Salcedo, de quien leí un cuento no hace mucho en el blog KIPU, y de quien tenía como última referencia, la mención que hace de ella, a manera de un recuento al no poder incluirla, Beltrán Peña en su breve (casi ausente) antología femenina: Estas 13 (del 90). Ed. San Marcos.

Desde el ingenuo y profundo poema; La Bailarina; que tengo en mis manos, hasta ese arrebato sexual lleno de furia y de su propia mitología, que fue Kali; Milagros fue una poeta autentica y casi una disidente dentro del grupo Neón.

Algo más, por lo leído, su paso por el grupo Lenon no la marcaron más que los besos de cojulito al parecer, una pena: Otra vez la cultura de barrio parece no estar interrelacioanda con la formación académica y las vivencias personales poéticas.

Saludos, Pedro.

Anónimo dijo...

Oye Milagros, tú no fuiste la que en un recital de Neón leyó poemas mostrando las tetas?... Si lo fuiste, dejaste un bonito recuerdo en muchos.

Anónimo dijo...

Si, y no fueron las tetas, no exageres, fue solo un pezon porque tenia un polo al que le habia hecho ligeros cortes con una navaja de afeitar y recité solo un poema: Kali.

Y Pedro; por fin sé algo de ti!!!! Lo siento por no haber hablado del grupo Lenon y falso: aunque no lo mencioné, recuerdo mucho la experiencia que vivi con ustedes, me aporto muchisimo. Tengo tu mail te escribire pronto.
Un abrazo para ti y para Oscar tambien
Milagros

Malena dijo...

Hay matices que se observan desde la infancia. Hace años, muchos años que no se nada de tí (desde el 87 probablemente) pero siempre imaginé que te encontraría entre poemas, artes, teatro....y así está siendo. Hoy alguien te recordó, te trajo a la memoria, y me dió la pista. Me alegro inmensamente de tus logros y me alegro más que las letras (las artes) cuenten contigo.
Interesante tu vida, tu historia.
Un beso inmenso
Malena

Palza World dijo...

es sencillo ubicarte, siempre te tuve en mente, pero no sé me ocurrió buscarte por este medio. Te encontré hace ya un par de meses, pero me pareció tan increíble tu biografía que dude que fueses la misma que se me cruzó alguna vez por la vida. Hoy después de haberte evocado varias veces donde varias amigas, me di cuenta que siempre te tuve a la mano, pero simplemente dude en comunicarme al ver tal biografía. Me alegra que hayas encontrado un camino en esta vida. Ojala que la vida nos dé otro encuentro y podamos intercambiar vivencias, como en la época de adolescentes. Hoy yo te busqué, serás ahora tú, la que me podría responder
Maritza